Comentario Bíblico con Aplicación Marcos Serie NVILa mayoría de los comentarios bíblicos solo son un viaje de ida: nos llevan del siglo veintiuno al siglo primero. Pero nos dejan allí, dando por sentado que de algún modo sabremos regresar por nosotros mismos.
Dicho de otro modo, se centran en el significado original del pasaje, pero no se adentran en su aplicación a la vida contemporánea.
La información que ofrecen es muy valiosa, pero resulta tan solo una ayuda a medias. Los Comentarios Bíblicos con aplicación: Serie NVI nos ayudan con las dos partes de la tarea interpretativa, es decir, también nos ayudan a aplicar un mensaje de otra época a nuestro contexto actual.
No solo nos explican lo que significó para los lectores originales, sino que nos demuestran que también hay un mensaje poderoso para la iglesia de hoy. Para lograrlo, analizan cada pasaje en tres partes: 1) Sentido original, 2) Construyendo puentes entre los contextos del autor y el nuestro, 3) Significado contemporáneo.
Comentario Bíblico con Aplicación Marcos
Cuando se trata de vivir la vida cristiana, los comienzos son más importantes que los finales. Puede que esta sea una de las lecciones más significativas que, por su propia estructura, no enseña el Evangelio de Marcos.
Lamentablemente, vivimos en una sociedad más interesada en cómo acaban las cosas que en cómo comienzan. En las competiciones deportivas, en el mundo de los negocios y en los currículum vítae se exaltan los títulos, los beneficios y los logros personales.
Al parecer, son más importantes los finales que los comienzos y, en un principio, esto parece correcto. Las victorias, el dinero y el éxito hacen que la vida sea mucho más fácil que las derrotas, las deudas y el fracaso. Cualquiera que se dedique a construir una familia y a sortear los difíciles obstáculos de la vida ha de prestar atención a los finales.
De hecho, aunque razonable y atractivo (especialmente cuando nuestro equipo favorito está en racha y nuestra cuenta bancaria goza de buena salud, porque tenemos un buen trabajo), subrayar excesivamente los finales, los resultados, crea un clima en el que resulta imposible encontrar plena satisfacción o realización.
Los “finales” acaban siendo ilusorios; bien pensado, no son realmente finales, sino solo penúltimos lugares de descanso
que llevan a nuevas metas y más finales, etapas y niveles que siguen una y otra vez, y nunca nos llevan realmente a un final satisfactorio.
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