Los diáconos son esenciales para la salud de una iglesia, sin embargo, abunda la confusión con respecto a la descripción bíblica de su trabajo.
¿Cuál es su papel dado por Dios en una congregación local y cómo se relacionan con la misión general de la iglesia?
En este breve libro, Matt Smethurst argumenta que los diáconos son siervos modelo llamados a satisfacer necesidades tangibles, organizar y movilizar actos de servicio, preservar la unidad del rebaño y apoyar el ministerio de los ancianos.
Despejando conceptos erróneos comunes, Smethurst ofrece una guía práctica para desplegar diáconos y ayudar a las iglesias a florecer.
¿Cómo obtener este recurso? Si has puesto tu confianza en Cristo, ya eres diácono en un sentido amplio.
El sustantivo griego diakonos aparece veintinueve veces en el Nuevo Testamento y casi siempre se traduce “siervos”1 o “ministros”.2
Lo mismo ocurre con el sustantivo3 y el verbo relacionados.4 Aquí hay algunos ejemplos. de los Evangelios, traducido literalmente:
“Diácono” en este sentido más estricto (que es como normalmente entendemos la palabra y cómo la usaré de ahora en adelante) no es un rol informal.
No es simplemente un título de trabajo ministerial, como “director de campus” o “coordinador del ministerio infantil”.
Es uno de los dos oficios que el Nuevo Testamento establece para la iglesia local. Sólo los ancianos (o pastores) y los diáconos son ordenados para el servicio público formal en la vida de la congregación.
Entonces, ¿cuán crucial es el servicio diaconal para la salud de la iglesia? Y [Jesús] les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, debe ser el último de todos y el diácono de todos”. (Marcos 9:35) Si alguno me diácono, debe seguirme; y donde yo esté, allí estará también mi diácono. Si alguno me diácono, el Padre le honrará. (Juan 12:26)
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