Peligros para el cristiano sin iglesia
Desconectados del cuerpo
Preguntar por los cristianos sin iglesia es algo parecido a preguntar por qué está en peligro un miembro de la familia que se ha separado de ella: el huérfano de sus padres, la oveja de su rebaño. ¿Por qué está en peligro un miembro desconectado del cuerpo?
Ser parte de la iglesia conforma lo que somos. No es sólo una cuestión práctica. No es sólo bueno para nosotros. No existe solamente para ayudarnos a crecer espiritualmente. Si bien todo lo anterior es cierto, incluso antes de eso, es una cuestión de identidad. Una vez más, es lo que somos. No digas que perteneces a la familia si nunca estás en la mesa familiar.
El peligro de que un cristiano se separe de la iglesia es doble. En primer lugar, no ser parte de una iglesia y no comprometerse con la iglesia significa que nuestro discipulado podría estar deformado. El crecimiento cristiano es el crecimiento de la iglesia. Nuestro discipulado a Cristo debe volver a tomar forma de iglesia. Piensa en una parte del cuerpo conectada a tu cuerpo. Todo lo que significa ser un brazo implica estar conectado al cuerpo. Y así es un cristiano y la iglesia. Si tratas de crecer como cristiano separado de tu iglesia, tu crecimiento será deforme.
El cristiano necesita el cuerpo de Cristo.
El segundo peligro es aún más grave, e incluso un poco más aterrador, y es la posibilidad del autoengaño. Es posible pensar que uno es parte del cuerpo de Cristo cuando realmente no lo es. Es posible pensar que conozco a Jesús. Que lo sigo. Pero el apóstol Juan dice: ¿No dices que amas a Jesús pero odias al hermano? ¿No dices que amas a Jesús pero no quieres tener nada que ver con los santos?
Estar cerca de ellos, comprometerse con ellos, dejar que te incomoden, mientras compartes tu vida con ellos. Aparte de la iglesia, nuestro discipulado puede ser deforme. Tambien podemos autoengañarnos. Por eso el cristiano necesita el cuerpo de Cristo.
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